Viaje al sur de Bahía de Los Ángeles (BLA) para fotografiar otro de los bosques de manglar más norteños de México, ubicado en Bahía Las Animas. El Güero Arce, un carismático poblador de BLA, me llevo en su pequeña camioneta a través de la sierra. Manejamos por casi dos horas. Teníamos que capturar el amanecer en el manglar, así que salimos a las 4:30 de la mañana. Parte del trayecto la luna nos alumbro el camino, pero poco a poco fue desapareciendo y la primera luz del día ilumino las montañas y la infinidad de cardones que las cubren. Es difícil imaginar que en este paisaje, de manera inesperada, aparezcan manglares que delinean la transición entre el desierto y el mar.
La
marea era baja y la luz perfecta. Los reflejos que se formaban en la laguna
parecían esos espejismos que sólo se dan en el desierto. El ocre del desierto,
el azul del cielo y el verde de los manglares, formaban un verdadero
espectáculo a la vista. No estaba sólo. Los pescadores de un pequeño campamento
se encontraban recolectando almejas en el fango. Disfrutaban cada vez que
encontraban una. Me mostraron una que era enorme y que nos lleno el paladar,
con el ceviche que nos invitaron. Antes de despedirnos, vimos una parvada de
charranes en la boca del manglar. Se fueron en un instante. Nosotros hicimos lo
mismo.
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