Hemos recorrido una gran
cantidad de bosques de manglar y, después de todas las aventuras que hemos
pasado, me queda claro que estos ecosistemas ofrecen oportunidades únicas para
la recreación. En efecto, la observación de aves —una forma de uso que
exige la conservación del manglar— ya representa una importante fuente de
ingresos adicionales para muchas comunidades costeras y su demanda crece
rápidamente. Desde águilas pescadoras hasta pequeños gorriones, una infinidad
de formas y colores sobrevuelan estos bosques; de la misma manera que otras se
posan y se refugian en la copa de estos árboles.
Pero estos servicios
ambientales pueden representar otros beneficios económicos. Un ejemplo lo
constituyen las especies de patos y gansos, que usan lagunas costeras y
manglares durante el invierno. Estados Unidos, Canadá y México comparten 27
especies de aves de caza que utilizan corredores migratorios en América del
Norte, e invernan en humedales costeros tropicales y subtropicales, incluyendo
lagunas costeras en las costas del Golfo de California. En la primavera estos
patos y gansos regresan a sus áreas veraniegas en el norte y se convierten en
la fuente principal de una industria de cacería que tiene grandes derramas
económicas. Nadia Rubio Cisneros, estudiante de doctorado en el Instituto de
Oceanografía Scripps, ha calculado que el número de aves cazadas y los
ganancias económicas generadas por esta industria en la costa Este de los
Estados Unidos se relacionan con la abundancia de estas aves que invernan en el
Golfo de California. La densidad de aves se incrementa significativamente con
el área de las lagunas costeras y la integridad de los bosques de manglar que
las rodean. Un kilómetro cuadrado promedio de laguna costera en México genera alrededor
de $1,800 dólares en Estados Unidos, a través de la venta de permisos de
cacería. Este flujo de servicios ambientales soporta una industria de cacería
que en promedio produce $4.37 millones de dólares anualmente, tan solo en el
Oeste de Estados Unidos. Esto sugiere que un mercado para la conservación de
lagunas costeras en México podría continuar generando beneficios para los
cazadores en Estados Unidos, así como, proveer beneficios ecológicos y
económicos para México. Ecosistemas más saludables, sostienen mejores economías.
Así de simple.
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