miércoles, 7 de noviembre de 2012

TIERRA Y MAR



Los manglares son reconocidos por ser ecosistemas anfibios es decir, ocurren entre tierra firme y el mar  conteniendo características propias de ambientes tanto terrestres como acuáticos. Su evolución a lo largo de la historia natural en las líneas de costa les ha conferido esta ambigüedad que tantos beneficios nos aporta como especie y los cuales hemos mencionado a lo largo de esta bitácora jornalística a modo de blog. Hoy repasando las expediciones que hemos realizado durante el año quiero mostrarles algunas imágenes aéreas que realizamos con mi mujer durante un transecto aéreo a través de la costa de la Reserva de la Biósfera de Sián Kaan, en la península de Yucatán, México.


La intención del vuelo era documentar la transición entre mar y tierra donde los manglares ocurren, bajo esta perspectiva tan única que es la aérea uno puede observar este cambio de forma paulatina y a su vez asombrarse de las texturas y colores de estos ambientes naturales. La primera imágen muestra el arrecife coralino de Banco Chinchorro situado frente a la costa, donde uno pudiera predecir un futuro afloramiento de tierra firme donde pudiera germinar una semilla de manglar. En la segunda imagen aparecen los mangles sinuosos de Sián Kaan que históricamente han sido tanto tierra firme como lecho marino y esta última fotografía muestra la Selva Yucateca tierra adentro, donde la mano del hombre ya está depredando los recursos de forma casi irrecuperable.

Es imperante concienciarnos del valor de cada ecosistema y saber que son únicos e irremplazables y sobretodo que su bienestar nos facilita nuestra existencia como especie a lo largo de la historia natural.




viernes, 26 de octubre de 2012

La Encrucijada


Con mucha frecuencia recibimos noticias que hablan sobre la degradación ambiental. En periódicos, televisión, e internet estas noticias se venden como pan caliente. Pero creo que necesitamos comunicar las historias que son éxitos de conservación; aquellas que nos hacen sentir bien, que nos motivan a pensar que se pueden replicar en otras áreas.


En nuestra expedición de manglares a lo largo de las costas Mexicanas, nos topamos con varias de estas historias esperanzadoras. Una de ellas, que me ha dejado increíbles recuerdos, es la que nos compartió Humberto Yee, un extraordinario Ambientalista y Agro-ecólogo titulado de la Universidad Autónoma de Chapingo. Humberto nos llevo a La Isla Concepción, en el corazón de la Reserva de La Biósfera La Encrucijada, Chiapas. El día que salimos a la isla nos recogió su tío Abel en el embarcadero "Las Garzas". Subimos nuestro equipo fotográfico en el cayuco, una pequeña embarcación que tienen motor fuera de borda, pero que puede navegar entre los canales de manglar utilizando remos. Se nos había hecho tarde y comenzamos nuestro viaje a través de los bosques de manglar en la noche, con una hermosa luna llena que delineaba la forma de los árboles de una manera precisa. En la isla, nos esperaban la tía y primas de Humberto. Durante los siguientes cuatro días fuimos tratados como reyes, con deliciosas comidas y con los paisajes, flora y fauna, más impresionantes que uno puede imaginar.

Al amanecer, el paisaje parecía un alucinación. Los reflejos de manglares de 40 metros de altura sobre el agua tranquila del canal, nos dejaron boquiabiertos. Humberto y el Tío Abel nos guiaron por rincones y canales del bosque de manglar, y por la única comunidad de selva baja inundable de zapotonales. Monos araña, osos hormigueros, cuatíes, zorras, no dejaban de asombrarnos. Aves de todos colores: patos, pájaros carpinteros, garzas, gorriones, pericos, águilas. Humberto decía “si tienen suerte verán…”, dos minutos después ahí estaba. Por las noches caminábamos y mas fauna nos impresionaba: armadillos, ranas, puerco espín. El clímax llego cuando Humberto nos apunto hacia la orilla del río, con grandes ojos y atónito, ahí estaba, un cocodrilo de cerca de cuatro metros que tomaba el sol despreocupadamente. Sin lugar a dudas, esos días fueron una constante embriaguez para nuestras pupilas.


Humberto y su familia han hecho una gran labor de conservación y restauración en la Isla Concepción. Han trabajado en repoblar el área con especies amenazadas; en particular los cocodrilos que fueron cazados y sobreexplotados por el valor de sus pieles. Ellos protegen los nidos de las hembras para que no sean depredados los huevos y, una vez que eclosionan los pequeños cocodrilitos, los cuidan por un tiempo para incrementar la sobrevivencia de los mismos. Sin duda, su dedicación por cuidar la naturaleza y entender que la salud de los ecosistemas es realmente una manera digna de vivir, se merece el respeto de cualquiera.


Sin embargo Humberto, el Tío Abel y el resto de la familia enfrentan una encrucijada, literalmente hablando. Mientras ellos están promoviendo un desarrollo con base en el cuidado del ecosistema y trayendo turistas que disfruten estos recursos naturales, una de las más destructivas actividades de agricultura se esta expandiendo rápidamente en La Encrucijada. El cultivo de la Palma Africana, que supuestamente se utiliza como biocombustible, deteriora y seca los suelos donde se planta, y compite con cualquier otra especie nativa por espacio. Los agricultores que están empujando esta actividad están secando los pantanos de "La Encrucijada", quemando manglar y bosques de zapotón. En palabras de Humberto "Perderemos nuestros humedales y con ellos el hábitat de muchas especies. Los esteros ya no tendrán la suficiente agua para los pantanos en verano, muchas zonas dejarán de ser navegables, como ya está pasando en Panzacola; la de por sí pesca pobre -de la mojarra tahuina, pejelagarto y camarón- sin humedales va a ser crítica o nula, y por ende muchos pescadores quedarán en la ruina". Lo tiene muy claro y esa claridad es un reflejo de un persona que realmente conoce y sabe las implicaciones de perder lo natural.

Ayudemos a Humberto y al Tío Abel a mostrar que el camino correcto es el que ellos eligieron hace muchos años. Visiten La Isla Concepción:



viernes, 19 de octubre de 2012

NOS ACERCAMOS AL FIN


Me acuerdo cuando iniciamos con Octavio y mi mujer nuestro periplo por los manglares de México, fueron una serie de llamadas telefónicas para coordinar bien la expedición. Octavio tenía que salir desde San Diego, California  y vernos en el aeropuerto de Cancún para recorrer toda la costa de Yucatán y gran parte de la costa del Pacífico en una sola jornada fotográfica sin precedentes la cual tenia como objetivo, evaluar a través de la fotografía las condiciones de un ecosistema único y a la vez en peligro. Hoy tras  varias jornadas similares en diferentes puntos de las costas mexicanas en la espalda ya nos encontramos en la fase final de esta aventura y personalmente puedo decir que la batalla no esta perdida, quedan muchos espacios donde los manglares están en excelentes condiciones y la fauna es abundante creando paisajes y espectáculos dignos de admirar, pelícanos anidando junto a otras tantas especies de aves,  aguas cristalinas con una ictiofauna variada y abundante y gente que protege y vive del manglar día a día.


Sin embargo no todo fueron buenos momentos, hemos sido testigos de la acumulación de basura flotante en las raíces de manglar debido a las corrientes caribeñas, de la desecación del manglar para la posterior construcción de infraestructuras hoteleras, hemos visto el turismo irresponsable en Áreas naturales protegidas emblemáticas y una serie de circunstancias y procesos de degradación que si no amenazan de forma inminente todos los manglares de México lo harán en poco tiempo, si no logramos cambiar la percepción de algunas personas que creen que los manglares son ecosistemas sin valor. Los manglares probablemente sean el ecosistema por excelencia que más beneficios nos ofrecen como sustento de vida y protección de las catástrofes ambientales.

domingo, 7 de octubre de 2012

Plumas, hojas y riqueza




Hemos recorrido una gran cantidad de bosques de manglar y, después de todas las aventuras que hemos pasado, me queda claro que estos ecosistemas ofrecen oportunidades únicas para la recreación. En efecto, la observación de aves —una forma de uso que exige la conservación del manglar— ya representa una importante fuente de ingresos adicionales para muchas comunidades costeras y su demanda crece rápidamente. Desde águilas pescadoras hasta pequeños gorriones, una infinidad de formas y colores sobrevuelan estos bosques; de la misma manera que otras se posan y se refugian en la copa de estos árboles.


Pero estos servicios ambientales pueden representar otros beneficios económicos. Un ejemplo lo constituyen las especies de patos y gansos, que usan lagunas costeras y manglares durante el invierno. Estados Unidos, Canadá y México comparten 27 especies de aves de caza que utilizan corredores migratorios en América del Norte, e invernan en humedales costeros tropicales y subtropicales, incluyendo lagunas costeras en las costas del Golfo de California. En la primavera estos patos y gansos regresan a sus áreas veraniegas en el norte y se convierten en la fuente principal de una industria de cacería que tiene grandes derramas económicas. Nadia Rubio Cisneros, estudiante de doctorado en el Instituto de Oceanografía Scripps, ha calculado que el número de aves cazadas y los ganancias económicas generadas por esta industria en la costa Este de los Estados Unidos se relacionan con la abundancia de estas aves que invernan en el Golfo de California. La densidad de aves se incrementa significativamente con el área de las lagunas costeras y la integridad de los bosques de manglar que las rodean. Un kilómetro cuadrado promedio de laguna costera en México genera alrededor de $1,800 dólares en Estados Unidos, a través de la venta de permisos de cacería. Este flujo de servicios ambientales soporta una industria de cacería que en promedio produce $4.37 millones de dólares anualmente, tan solo en el Oeste de Estados Unidos. Esto sugiere que un mercado para la conservación de lagunas costeras en México podría continuar generando beneficios para los cazadores en Estados Unidos, así como, proveer beneficios ecológicos y económicos para México. Ecosistemas más saludables, sostienen mejores economías. Así de simple.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

DOS GENERACIONES


Estos días en  las jornadas fotográficas en Lagunas de Chacahua, uno de los reservorios de manglar más importantes del Pacífico, en la costa "Chica" de Oaxaca, me quise centrar en un aspecto que hasta ahora no le había dado la relevancia que se merece, la gente, las personas que viven en y del manglar. Visitar esta comunidad que está enteramente rodeada por manglar y bañada por el Pacifico, de echo únicamente se puede acceder a este paraíso a través de embarcaciones, es una experiencia increíble. Sus gentes afromexicanas viven en armonía con el medio  natural y las generaciones ya mayores explican que realmente el modo de vida no ha cambiado mucho y siguen recibiendo  los beneficios que les aporta el manglar, pesca asegurada todo el año, uso de madera de forma moderada y un turismo tranquilo y sustentable atraídos por los escenarios naturales de la laguna.


Las generaciones más jóvenes también se sienten orgullosas de su tierra y son conscientes de que deben conservar sus recursos, muchos trabajan con CONANP u otras dependencias o tienen de forma comunitaria un criadero de cocodrilos, tours guiados u ofrecen alimentos a los turistas que les visitan. Lo más importante para la conservación de los manglares es que las gentes que los habitan sepan del valor que estos tienen y que su futuro esperanzador esta ligado a la conservación de los mismos.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Como Algodones



En la madrugada nos quedamos de ver con nuestro guía. El objetivo era cruzar desde Punta Allen hasta Callo Culebra. Navegamos cuarenta minutos sobre un mar totalmente quieto y con apenas unos destellos de luz. Buscamos la cara sureste del Callo para tener el sol a nuestras espaldas. El amanecer fue espectacular, fuimos fotografiando el bosque de manglar hasta llegar a un importante posadero de aves. Fregatas, bobos, pelicanos, garzas, cormoranes; era un mundo de aves. No dejábamos de disparar nuestras cámaras con telefotos, principalmente porque para nuestra sorpresa, las fregatas y los pelicanos cuidaban de sus polluelos celosamente. Muy lentamente nos fuimos acercando y descubriendo la gran cantidad de aves que esos manglares escondían entre sus verdes hojas. La mayoría de las veces es muy difícil describir estos espectáculos con pocas palabras y que capturen de manera simple lo que uno esta viendo. Pero ahí, quietos sobre la panga, nuestro guía nos dijo: “que bonito, parecen algodones”. No pude estar más de acuerdo.




Debajo de las aguas de Callo Culebra hay unos paisajes increíbles. Vimos mantarrayas enormes, sardinas, jaibas y un grupo de grandes sábalos. A mediodía tomamos un descanso para comer. Nos detuvimos en una pequeña playa arenosa, muy somera, donde fue colocado un faro para indicar la presencia del Callo. Desde la panga vi que había un tronco de palmera flotando muy cerca de la orilla. Sólo sobresalía la mitad del tronco, pero nunca imaginé que debajo del mismo hubiera la profundidad necesaria para que hubiera peces y otros animales. Con mi visor y mi snorkel tome fotos por varias horas. Al atardecer, regresamos a Punta Allen.

domingo, 12 de agosto de 2012

MUCHO CALOR Y HUMEDAD


Algo que caracteriza a los manglares en verano es el calor, mucho calor, ahí en la región donde se encuentre uno ya sea en el Golfo de México o en el Caribe la situación es la misma y como no acompañada de una gran humedad que hará que se empañen los objetivos o hasta caiga una gota de sudor entre el visor de la cámara y tu ojo justo en el momento de la toma ideal. Así son los manglares, inexpugnables salvajes y duros de conocer pero eso es lo que hacen que cada día que transcurre en esta expedición nos gusten más y queramos conocer más de ellos y de sus inquilinos como estas dos crías de cocodrilo (Crocodilus acutus) que parecen decirme:  ¿Querías documentar los manglares? Pues bienvenido!!!


Sin embargo no todos los días es arrastrarse por el lodo e incluso fotografiar en paños menores para evitarse caminar con todo el equipo encima y el pantalón empapado (no se lo recomiendo a nadie), hay días que convivimos con los lugareños aquellos héroes que viven en regiones remotas con una percepción del tiempo diferente a la de las grandes ciudades y que viven de los servicios que les provee el manglar día a día, cualquiera de ellos, con una mirada sincera, te dirá lo valiosos que son estos ecosistemas y lo importante que es conservarlos.

jueves, 26 de julio de 2012

Día Internacional de los Manglares


Hoy 26 de Julio es el día de los manglares. Creo que esta celebración muestra que, como sociedades a nivel mundial, hemos entendido el valor económico y cultural que estos ecosistemas representan. Muchos son los servicios ambientales que proveen los manglares al hombre. Entre los más importantes o notorios se encuentran la regulación de perturbaciones, el abastecimiento y regulación de agua, la formación de suelos, el tratamiento de desechos y la producción alimenticia, así como servicios recreativos y culturales. Debería ser claro que con todos los beneficios que nos brindan, tendríamos que celebrar estos ecosistemas los 365 días del año.



Sin embargo, el reto es todo lo contrario. Según estudios del propio sector ambiental, en México la tasa de pérdida de manglares es alta (en promedio del 2.5% anual). Los manglares han sido considerados como zonas insalubres, de agua estancada y criaderos de mosquitos, sin ningún valor para la sociedad. Para mejorar estas áreas, los manglares se derriban y se convierten en desarrollos turísticos o granjas acuícolas. Aunque muchas investigaciones han aportado elementos sólidos del porque conservar manglares, la realidad es que la presión para transformar estos ecosistemas continua creciendo día a día, revelando el conflicto entre las estrategias para el “desarrollo económico” de regiones como Yucatán o la Península de Baja California, y la conservación de la naturaleza. El común denominador de estas iniciativas devastadoras, ha sido el argumento “que el carácter prohibitivo de talar manglares representa un freno para el desarrollo económico de muchas regiones del país”. Se ha comprobado que esta premisa carece de fundamento y, de hecho, se ha mostrado que el desarrollo costero puede ser perfectamente compatible con la protección de los humedales, en particular con la protección de manglares.



Esperemos que la preservación de manglares sea la base del desarrollo económico de México. Por lo pronto, seguimos trabajando con iniciativas como esta de “Manglares de México”, tratando de aportar nuestro granito de arena para demostrar que en lo referente a recursos naturales, siempre es más valioso conservar que reponer.

martes, 17 de julio de 2012

OBSERVATORIO DE AVES


Indiscutiblemente los manglares son uno de  los ecosistemas que más beneficios ambientales nos aportan, como ya habíamos comentado en posts anteriores algunos de estos son, protección contra huracanes, mantener la línea de costa y ser los criaderos de las principales especies de peces de las que nos alimentamos. En términos de biodiversidad, también es uno de los ecosistemas más significantes ya que su condición de ecosistema transitorio entre el medio terrestre y el marino le confiere un sin fin de especies que lo habitan. El grupo de las aves tiene una presencia notoria en los manglares mexicanos y más si tenemos en cuenta todas las especies migratorias que provienen mayoritariamente del norte (USA y Canadá) pero también del sur (Centroamérica) y encuentran en este ecosistema una zona de alimentación y de anidación vital para su ciclo. Esta imagen fue tomada en un observatorio de aves de Isla Holbox donde literalmente las aves se posan a observar.


Esta imagen muestra como es la estructura del mangle rojo (Rhizophora mangle), el cual es la especie de manglar mexicana con una mayor tolerancia a la salinidad, en la parte sumergida aparecen las raíces acuáticas encargadas de absorber los nutrientes disueltos en el agua pero también grandes cantidades de sal. En la parte media surgen desde el agua y en forma vertical los neumatóforos, raíces que realizan la respiración aérea y expulsan la sal acumulada, finalmente y en la parte superior esta la copa del mangle que a través de las hojas se encarga de la fotosíntesis y como estructura facilita la anidación de las aves que mencionábamos en la foto anterior.

lunes, 9 de julio de 2012

“Economía verde”


Los manglares de la Península de Yucatán son extremadamente coloridos. Las aguas azul turquesa del Caribe Mexicano, los rosas de muchas aves y los verdes de los manglares, regocijan la vista de cualquier visitante.



Cruzamos a la isla de Holbox en un pequeño catamarán. Ahí nos recibieron pequeños taxis amarillos que nos llevaron a través de las calles del pequeño pueblo, con sus coloridas casa y restaurantes. Nos llovió mucho y apenas pudimos trabajar unos amaneceres y uno que otro atardecer. Pero con tanta biodiversidad y paisajes fue suficiente. Los flamencos, las espátulas, las iguanas, mariposas, una infinita riqueza de especies para enloquecer a cualquiera. Este es uno de los servicios ambientales que prestan los manglares y que no lo entendemos suficientemente. Tener y preservar una gran biodiversidad hace más productivos los ecosistemas que, a fin de cuentas, se traduce en más beneficios para nosotros.

De hecho, los manglares del Caribe lo demuestran perfectamente. Aquí se producen una enorme cantidad de pargos; peces que soportan una de las grandes pesquerías de México. También los robalos, las lisas, las mojarras, son ejemplos de las pesquerías que mantienen miles de trabajos en las costas de México y que se dan gracias a la presencia de manglares.



En 2008 colaboré en un estudio donde estimamos que el valor de los servicios que proveen los manglares a las pesquerías es de miles de dólares por hectárea cada año. Llegamos a esta conclusión a través de una combinación de estudios de campo, análisis geográficos y valoraciones económicas, y encontramos que una hectárea de mangle rojo, el manglar de franja que está directamente en contacto con el mar, mantiene una productividad pesquera anual de unos $37,500 dólares. Además, como parte del “interés” que arroja el capital natural, calculamos que el valor de una hectárea de los bosques de manglar rojo a largo plazo puede ser superior a los $600,000 dólares en un periodo de 30 años (tiempo equivalente a una generación humana).


No cabe duda, hay que cuidar los manglares para mantener los beneficios económicos de muchas comunidades costeras.